Más acerca de Alcóholicos Anónimos (A.A.)
Somos una comunidad internacional de personas que ha tenido un problema con la bebida. Es no profesional, auto mantenida, multiracial, no política y disponible en casi todo el mundo. No hay requisitos referentes a edad ni nivel de educación. Puede hacerse miembro cualquier persona que desee hacer algo para solucionar su problema con la bebida.
Con grupos locales, en miles de comunidades, somos parte de una organización internacional con miembros en más de 180 países, tenemos un solo objetivo primordial: mantenemos sobrios y ayudar a otros a que busquen nuestra ayuda a fin de que obtengan y alcancen el estado de sobriedad.
No somos reformistas y no estamos aliados con ningún grupo, causa o creencia religiosa. No tenemos el deseo de hacer que el mundo se vuelva seco (sobrio). No reclutamos nuestros nuevos miembros, pero los recibimos. Evitamos imponer nuestras ideas acerca del beber anormal de otros, a menos que se nos pida nuestra opinión.
Entre nuestros miembros pueden encontrarse personas de todas las edades y diferente condición social, económica y cultural. Algunos de nosotros bebimos durante años antes de convencernos de que no podíamos controlar el alcohol. Otros tuvieron la suerte de darse cuenta en su juventud o al principio de sus “carreras alcohólicas”, de que la bebida para ellos era algo inmanejable.
Las consecuencias de nuestro beber alcohólico también varían. Algunos de nosotros nos habíamos convertido literalmente en “perdidos” antes de llegar a Alcohólicos Anónimos (A.A.) en busca de ayuda. Habíamos perdido nuestras familias, nuestro puesto en la sociedad y nuestro propio respeto. Habíamos vivido en los bajos fondos en muchas ciudades, siendo hospitalizados y encarcelados un número incontable de veces. Algunos de nosotros habíamos cometido muchos y graves delitos contra la sociedad, contra nuestras familias, contra nuestros patronos y contra nosotros mismos.
Otros entre nosotros nunca habíamos sido puestos presos u hospitalizados. Ni siquiera habíamos perdido los empleos debido a la bebida. Pero aún así finalmente llegamos a la conclusión de que el alcohol nos estaba dificultando el vivir normalmente. Cuando descubrimos que aparentemente no podíamos vivir sin el alcohol, también buscamos la ayuda de Alcohólicos Anónimos (A.A.) antes de continuar con nuestra irresponsable modalidad de beber.
Todas las grandes religiones están representadas en nuestra comunidad y muchos líderes religiosos han apoyado nuestro crecimiento. Hay aún una minoría entre nosotros que se llaman a sí mismos ateos o agnósticos. El creer o pertenecer a un credo particular no es condición indispensable para ser miembro de Alcohólicos Anónimos (A.A.)
Estamos unidos por nuestro problema común: el alcoholismo. El reunimos, conversar y ayudar a otros alcohólicos, todos juntos, nos permite mantenemos sobrios y nos ayuda a dominar completamente la obsesión por beber, que en otros tiempos fue una fuerza poderosa en nuestras vidas.
No creemos que seamos los únicos que tengamos la respuesta al problema del alcoholismo. Sabemos que el programa de Alcohólicos Anónimos (A.A.) trabaja para nosotros y hemos comprobado que también trabaja sin excepción, con los que lo aplican sinceramente y que honestamente quieran dejar de beber, a través de Alcohólicos Anónimos (A.A.) hemos aprendido muchas cosas acerca del alcoholismo y de nosotros mismos. Tratamos de mantener estos hechos bien presentes en nuestra mente en todo momento, pues parece ser la llave de nuestra sobriedad. Para nosotros, la sobriedad siempre tiene que venir primero.
Con grupos locales, en miles de comunidades, somos parte de una organización internacional con miembros en más de 180 países, tenemos un solo objetivo primordial: mantenemos sobrios y ayudar a otros a que busquen nuestra ayuda a fin de que obtengan y alcancen el estado de sobriedad.
No somos reformistas y no estamos aliados con ningún grupo, causa o creencia religiosa. No tenemos el deseo de hacer que el mundo se vuelva seco (sobrio). No reclutamos nuestros nuevos miembros, pero los recibimos. Evitamos imponer nuestras ideas acerca del beber anormal de otros, a menos que se nos pida nuestra opinión.
Entre nuestros miembros pueden encontrarse personas de todas las edades y diferente condición social, económica y cultural. Algunos de nosotros bebimos durante años antes de convencernos de que no podíamos controlar el alcohol. Otros tuvieron la suerte de darse cuenta en su juventud o al principio de sus “carreras alcohólicas”, de que la bebida para ellos era algo inmanejable.
Las consecuencias de nuestro beber alcohólico también varían. Algunos de nosotros nos habíamos convertido literalmente en “perdidos” antes de llegar a Alcohólicos Anónimos (A.A.) en busca de ayuda. Habíamos perdido nuestras familias, nuestro puesto en la sociedad y nuestro propio respeto. Habíamos vivido en los bajos fondos en muchas ciudades, siendo hospitalizados y encarcelados un número incontable de veces. Algunos de nosotros habíamos cometido muchos y graves delitos contra la sociedad, contra nuestras familias, contra nuestros patronos y contra nosotros mismos.
Otros entre nosotros nunca habíamos sido puestos presos u hospitalizados. Ni siquiera habíamos perdido los empleos debido a la bebida. Pero aún así finalmente llegamos a la conclusión de que el alcohol nos estaba dificultando el vivir normalmente. Cuando descubrimos que aparentemente no podíamos vivir sin el alcohol, también buscamos la ayuda de Alcohólicos Anónimos (A.A.) antes de continuar con nuestra irresponsable modalidad de beber.
Todas las grandes religiones están representadas en nuestra comunidad y muchos líderes religiosos han apoyado nuestro crecimiento. Hay aún una minoría entre nosotros que se llaman a sí mismos ateos o agnósticos. El creer o pertenecer a un credo particular no es condición indispensable para ser miembro de Alcohólicos Anónimos (A.A.)
Estamos unidos por nuestro problema común: el alcoholismo. El reunimos, conversar y ayudar a otros alcohólicos, todos juntos, nos permite mantenemos sobrios y nos ayuda a dominar completamente la obsesión por beber, que en otros tiempos fue una fuerza poderosa en nuestras vidas.
No creemos que seamos los únicos que tengamos la respuesta al problema del alcoholismo. Sabemos que el programa de Alcohólicos Anónimos (A.A.) trabaja para nosotros y hemos comprobado que también trabaja sin excepción, con los que lo aplican sinceramente y que honestamente quieran dejar de beber, a través de Alcohólicos Anónimos (A.A.) hemos aprendido muchas cosas acerca del alcoholismo y de nosotros mismos. Tratamos de mantener estos hechos bien presentes en nuestra mente en todo momento, pues parece ser la llave de nuestra sobriedad. Para nosotros, la sobriedad siempre tiene que venir primero.